Cuando ha sucedido una tragedia en México, la solidaridad internacional se ha manifestado en nuestra ayuda, razón por la cual cuando se sufre algún hecho lamentable en cualquier parte del mundo, se ha correspondido a ese respaldo, tal como sucedió en febrero pasado cuando se registró un terremoto de magnitud 7.8 en Turquía.
En esa ocasión los mexicanos se volcaron en los centros de acopio para enviar todo lo que pudieron, a fin de ayudar a los damnificados por ese sismo. De esa forma enviaron alimentos en bolsa y enlatados, artículos sanitarios, ropa, medicinas, en fin, todo lo que pudiera resultar útil a los afectados.
En el centro de acopio instalado por el gobierno de la Ciudad de México en la plancha del Zócalo, en esa ocasión se logró recabar aproximadamente treinta toneladas de donaciones las cuales, según se informó, fueron trasladadas al hangar de la Secretaría de la Defensa Nacional para después llevarlas a Turquía.
Sin embargo, la periodista Pamela Cerdeira logró demostrar que parte de estas aportaciones nunca llegaron a su destino. Sucede que ella colocó un par de dispositivos de localización en una bolsa de arroz y en paquete con papel sanitario. Pero al rastrearlos días después estableció que el arroz terminó en un banco de alimentos de un diputado capitalino y el papel sanitario en el mercado de Tacuba, el cual había sido adquirido en La Merced.
Con ese antecedente vale la pena recordar el dicho de que ’la burra no era arisca, los palos la hicieron’. Por ello, una primera recomendación es llevar las aportaciones a cualquier centro de acopio menos al del gobierno capitalino y, segundo, con la ayuda de un plumón de tinta indeleble, señalar que los paquetes fueron donados por la población en general.
Esas marcas deben ser leyendas que digan más o menos así: ’Donaciones para Guerrero’, ’Aportes para damnificados del huracán Otis’, ’entrega de mexicanos a otros mexicanos’, así como ’No es propiedad de Morena’, y si quiere ir más allá también incluir; ’No vote por Morena’, ’Apoye a los opositores de Morena’, entre otras propuestas.
De esa manera será más difícil que se desvíen los apoyos dirigidos a los damnificados o que el actual partido mayoritario intente quedar bien con quienes actualmente carecen de todo y que tardarán tiempo en volver a su vida anterior.
Si también lo desea y tiene oportunidad, repita la práctica de la periodista Cerdeira para comprobar el destino final de sus donaciones. Recuerde que ’La burra no era arisca…’