Uno de los grandes ’orgullos’ del gobierno federal mexicano es que nuestra moneda nacional, ha mostrado una gran fortaleza frente al dólar estadounidense, lo que pocas divisas del mundo podrían presumir; tan solo en este año el peso mexicano se ha apreciado 12.2%, incluso ha llegado a cotizarse en 17.1227 unidades por dólar, lo que ha sido su mejor nivel desde 2015.
Pese al optimismo oficial y aunque en estos días la moneda mexicana ha mostrado un camino positivo, su futuro comportamiento resulta difícil de predecir, al mantenerse ligado al avance de datos económicos y la política monetaria de los bancos centrales de México y Estados Unidos, ya que entre los principales factores de la apreciación está el diferencial entre las tasas de interés del Banco de México (Banxico) y las de la Fed, el crecimiento de las remesas y el sólido desempeño de la inversión extranjera.
Si bien en su más reciente sesión y tras diez anuncios consecutivos donde subió su tasa un total de 500 puntos base, la Fed frenó esas alzas aunque se mantiene el amplio diferencial entre las tasas estadounidenses y las de los países de América Latina; entonces, al tener tasas altas, los inversionistas acudirán a estos mercados, demandando y fortaleciendo sus divisas.
De esta forma, en este año, el peso colombiano ha sido el más fuerte al apreciarse 16.3%. seguido del peso mexicano, con 12.2%; el real brasileño, con 9.08%; el peso chileno, con 6.45% y el sol peruano, con 4.31%; en cambio la moneda argentina se depreció 28.51%.
De las ventajas de contar con un tipo de cambio fuerte, es que las empresas tienen un menor costo por las importaciones, lo que se refleja en menos presiones inflacionarias; a los deudores en dólares les bajan los costos financieros; para el turismo que sale de México, especialmente hacia Estados Unidos, los bienes y servicios se vuelven más atractivos.
Sin embargo, la apreciación de la moneda resulta perjudicial para algunos sectores de la población, como los exportadores y receptores de remesas, al no contrastar sus efectos a la misma velocidad: por ello los actuales niveles del peso pueden causar una desaceleración del consumo y un menor crecimiento de las exportaciones mexicanas.
Respecto a las remesas, si el tipo de cambio continúa en los actuales niveles, perderán 10.60% de su poder adquisitivo respecto a 2022, para ser su mayor caída registrada; es decir, aunque lo migrantes envíen la misma cantidad de dólares, sus familiares tendrán menos pesos.
Entonces, pese al optimismo del gobierno mexicano, deben evaluarse los pros y contras para concluir si la apreciación del peso resulta positiva para la sociedad y nuestra economía.