Cuando ya le resta menos de un año de administración, el presidente Andrés Manuel López Obrador continúa con sus ocurrencias. Una de las más recientes es el anuncio de que el 30 de diciembre próximo será inaugurada la ’superfarmacia’, tal como la llamó, como parte de su propósito de establecer en México el ’mejor sistema de salud del mundo’, promesa incumplida ya en varias ocasiones anteriores.
Probablemente no escuchó a sus asesores –o quizá no se lo advirtieron–, pero crear esa ’superfarmacia’ no es únicamente habilitar una bodega para almacenar medicamentos para, desde ahí, distribuirlos a cualquier parte del país donde sean requeridos, por cierto, inmueble ubicado en Huehuetoca, Estado de México, y por el que ya adelantaron 10% del valor de la propiedad, fijado bajo avalúo.
Pero especialistas médicos advierten que además de una suficiente inversión, se requiere de una adecuada planeación ya que en, muchas ocasiones, un paciente requiere de determinado medicamento de forma inmediata y 24 horas de espera podría costarle la vida.
Consideran que además de la imposibilidad de concentrar todos los medicamentos en un solo sitio ante el riesgo de que caduquen, se necesitan reglas de operación con metas específicas, es decir no existen previsiones de cuántos vuelos y viajes terrestres se necesitarían para surtir las diarias peticiones de medicamentos.
José Narro Robles, exrector de la UNAM y exsecretario de Salud, calificó de imposible cumplir con la promesa presidencial, porque ’no se puede tener todos los fármacos de todo el mundo, no se cumple con los requisitos sanitarios establecidos por la autoridad’, y dijo: ’El tema es cómo le hacemos para tener un sistema de abasto, que mejoren las condiciones. Eso requiere un incremento presupuestal, no se puede hacer sin recursos, no vamos a mejorar’.
En fin, el tema de salud en el actual sexenio ha sido una constante falla. Para no ir tan lejos tenemos como prueba la mala atención en la pandemia de covid-19, donde se confirmaron más de siete y medio millones de contagiados, la nunca terminada vacuna ’Patria’ y la inutilidad del desaparecido Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), entre otros ejemplos.
Lo peor es que va a llegar marzo de 2024 y no se tendrá el tan reiterado sistema de salud de primer mundo. Mientras, seguirá el desabasto de medicinas y la poca atención a los sectores sin seguridad social. Solo resta esperar a ver cómo lo justifica López Obrador para no admitir su enésima equivocación.