Tarde o temprano le debía estallar al nuevo gobierno del Estado de México el problema de la inseguridad generada por el crimen organizado. Lamentablemente fue más pronto de lo deseable y de manera inesperada: la violenta reacción de los pobladores de una comunidad del municipio de Texcaltitlán, cansados de las extorsiones a la que han sido sometidos desde hace tiempo por parte de sicarios del cártel de la Familia Michoacana.
A consecuencia del enfrentamiento murieron catorce personas, cuatro comuneros y diez sicarios. Aunque no ha sido confirmado oficialmente, existen varias personas, entre ellos algunos menores, que han sido retenidas ilegalmente y piden, a cambio, se les entreguen a cuatro lugareños a quienes señalan como responsables de la rebelión.
Al encabezar los trabajos de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz en la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, subrayó que ’habrá presencia permanente de las fuerzas federales, en cada rincón del estado’, con el propósito de integrar una red de seguridad que promueva la tranquilidad en las zonas norte, sur, oriente y poniente de la entidad.
Asimismo, instruyó mantener los esfuerzos y apoyos para los habitantes del municipio de Texcaltitlán, a través de la permanencia de las fuerzas de seguridad, la entrega de programas de Bienestar, salud y educación. Incluso, se anunció la construcción de cuarteles de la policía estatal y de la Guardia Nacional, donde existiría hasta un helipuerto.
La estrategia de organizar ’Mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz’, así como enviar a más elementos policiacos y militares a los sitios en conflicto, son acciones que van acordes a las políticas impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, donde su principal bandera es la de ’abrazos, no balazos’.
Sin embargo, aunque todo se ve bien en el papel, en los hechos se necesitan más hechos concretos, ya que las políticas presidenciales no dan los resultados esperados y, a pesar de los intentos de asegurar que la violencia se ha reducido, los crímenes y hechos delictivos no logran ser abatidos.
Si en el Estado de México se desea combatir con éxito a la delincuencia, en particular a la organizada, encabezada por diferentes cárteles criminales, se requieren acciones concretas para su combate, olvidar los abrazos y preparar estrategias de inteligencia que conduzcan a terminar con todos los grupos criminales y así alcanzar la verdadera paz social en la entidad.