En la opinión de Laura Aguila Franco

Ciberadicción o trastorno de adicción a Internet

Laura Aguila Franco

Ciberadicción o trastorno de adicción a Internet
Septiembre 07, 2023 14:56 hrs.
Salud ›
Laura Aguila Franco › El Informador Analítico

En la actualidad, la ciberadicción o trastorno de adicción a internet (IAD, por sus siglas en inglés), se refiere al ’uso excesivo de internet, utilizando diversos dispositivos, y que interfieren con la vida cotidiana de las personas. Se observa con mayor recurrencia entre la población de edad adolescente, y es característico una ’pérdida de control en el uso de internet y redes sociales’, generando habitualmente que desatienda sus responsabilidades escolares, familiares e incluso personales. Entre las causas de la ciberadicción, según Mercé Lloret Boronat, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid, se encuentra que ’internet facilita cubrir o compensar un déficit en la personalidad del adicto; es un instrumento de comunicación interpersonal’, de este modo, el mundo virtual puede considerarse una ruta de escape del mundo real para los adolescentes o para personas que tienen dificultades con las habilidades sociales, llegándose a convertirse en un ’sustituto’ de la vida real, además de que este tipo de interacción brinda la oportunidad del anonimato, y el hecho de que las redes sociales también permiten entablar contacto con personas, con relativa mayor facilidad. En el año 2020, la Fundación Pfizer realizó un estudio sobre medios de socialización en adolescentes, y entre los resultados obtenidos, destacan que el 98% de los jóvenes de entre 11 y 20 años, son usuarios asiduos de Internet, de este mismo porcentaje (98%), 7 de cada 10 establecen que se conectan a la red por un tiempo mínimo diario estimado en 1.5 horas. Sin embargo, hay que dejar bien claro que para considerar una ciberadicción también hay ciertos parámetros que deben observarse como signos de alerta: Estar conectado a la red una gran parte del día, privándose así de horas de descanso. Desatender temas importantes u otras actividades como el contacto con la familia o amigos. Afectar el rendimiento en los estudios. Evitar relacionarse con otras personas o mostrarse irritable. Además de los anteriores, también puede haber signos físicos que muestren que una persona tiene ciberadicción: Síndrome del túnel carpiano Presentar eventuales cuadros de migrañas Ojos secos Trastornos alimentarios (olvidan tomar sus alimentos, o comen sin control por estar frente a la pantalla del dispositivo). Alteraciones del sueño Cambios en la higiene personal, entre otros. Entre los tipos más frecuentes de adicciones a Internet encontramos: Redes sociales en línea (Instagram, Facebook o TikTok). Páginas de videojuegos en línea. Webs de juegos de apuestas Páginas de entretenimiento en línea (YouTube) Plataformas de chat Expertos en el área señalan que se han identificado tres motivos principales por los que una persona desarrolla tendencia adictiva a internet: Preocupación cognitiva por el acceso a internet Problemas sociales Falta de autocontrol Un estudio realizado por la Chicago Booth School of Business señalaba, hace ya más de 10 años, que Facebook, Twitter y otras redes sociales, mostraban una capacidad de adicción mayor que la del tabaco o el alcohol porque, entre las principales razones, el acceso a las mismas es relativamente sencillo y lo más importante, ’gratuito’. De este modo, el uso de las redes sociales incluyendo los mensajes, puede fomentar importantes adicciones con naturales consecuencias: ansiedad, depresión, irritabilidad, aislamiento, alejamiento de la vida real y de las relaciones familiares, pérdida de control, etc. La investigadora y psicoanalista del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Sherry Turkle, ha trabajado ampliamente sobre el impacto que ejercen las redes sociales en las relaciones, estableciendo que estas ’debilitan’ los lazos entre humanos. En su libro Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other, deja en claro que entre los impactos negativos que se enfrentan ante el hecho de estar constantemente ’conectados’ a la red, está la paradójica consecuencia de una invariable sensación de soledad. ¿Se prevenir y/o revertir este tipo de adicción?, la respuesta es SI, es indispensable que cada persona tome el control sobre el uso de dispositivos y de conexión a internet, y no que sea justamente al revés. Reconocer que se tiene un problema, es lo primordial para intentar superarlo o resolverlo. Intentar registrar un ’control’ del tiempo durante el día, que invierte para conectarse a cada red social. Tomar descansos, cada 15 o 20 minutos, si se está haciendo uso de internet por espacio de una hora. Ocupar el tiempo libre realizando actividades físicas intensas o que requieran una gran cantidad de concentración para evitar pensar en conectarse a internet. Intente evitar llevar su teléfono inteligente o tableta cuando salga de la casa. Valore razonablemente el uso no esencial de internet (uso que no se relaciona con la escuela o el trabajo) para determinar si observa patrones como: ¿Ingresa a internet cuando se aburre? ¿Ingresa a internet para aliviar sentimientos de soledad o depresión? Analizar el valor que aportan a su vida las redes sociales. ¿Le sirve de algo estar en redes sociales? ¿Aprende algo que le resulta interesante? El escribir en una hoja lo que se podría hacer si se dedicara el tiempo invertido en redes sociales a otra actividad diferente. Leer, meditar, salir, hacer deporte o simplemente estar acompañado físicamente con otras personas. En definitiva, cualquier tipo de acción que implique dejar de depender de estar conectado a la red, y de interactuar a través de redes sociales, aportará un beneficio real y significativo a la salud emocional y mental de las personas. Regalarse momentos de reflexión para estar son uno mismo, reportará a corto y mediano plazo, tranquilidad, mayores niveles de concentración, y por lo tanto, la oportunidad de continuar desarrollando el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Recordando que la UNESCO lo define de la siguiente forma: ’La educación a lo largo de toda la vida tiene sus raíces en la integración del aprendizaje y la vida, y abarca actividades de aprendizaje para personas de todas las edades (niños, jóvenes, adultos y ancianos, niñas y niños, mujeres y hombres), en todos los contextos de la vida (la familia, la escuela, la comunidad, el lugar de trabajo, etc.) y a través de diversas modalidades (formal, no formal e informal), que, en conjunto, satisfacen una gran variedad de necesidades y demandas de aprendizaje’.

Laura Aguila Franco Carlos Aguila Franco 🖋️ Twitter: @CarlosAguilaFra Periodista y analista político desde 1984, egresado de la UNAM. Experto en comunicación social y campañas políticas. Ha colaborado con medios y diarios como el Diario de los Ángeles (EEUU), ABC Radio, Ruiz-Healy Times, entre otros.

Las perapectivas de cada columna son opiniones del autor y son independientes de la posición de dlpoder.

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