Con motivo del quinto aniversario de que Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia de la república tres periódicos de circulación en todo el país, publicaron encuestas acerca del actual nivel de aceptación popular del inquilino de Palacio Nacional.
De esta forma, en sus ediciones de este lunes los medios especializados El Financiero y El Economista, coinciden en colocar a López Obrador con el 56% de aprobación, mientras que en su edición del pasado domingo el Reforma lo colocaba en un 62%.
En el caso de El Financiero –en su encuesta vía telefónica a mil personas–, se señala que desde el 2022 su promedio más bajo ha sido del 54%, entre enero y febrero de este año, y el máximo de 58% en julio pasado, mientras El Economista, en el conteo diario de la consultora Mitofsky lo ubicaba en 56.8%, cuando apenas el 4 de noviembre le colocaba en 58%, aunque en las semanas recientes estuvo en un nivel más bajo e iniciaba el último mes del año con una ligera recuperación, atribuida al anuncio del incremento al salario mínimo.
Acerca de Reforma, en su conteo histórico señala que en marzo de 2019 se ubicaba en el punto más alto, con 78%, y el más bajo, en 56%, en julio de 2020, para ahora colocarlo en 62%, es decir el más alto de los tres periódicos mencionados.
Si bien cada uno maneja otros aspectos acerca de diversos aspectos específicos acerca ,del desempeño de López Obrador, Reforma hace un comparativo con el nivel reportado con otros presidentes, precisamente cuando también llegaron al quinto año de su administración,
De esta forma a Ernesto Zedillo se le colocaba con 67% de aprobación y 26% de rechazo; a Vicente Fox se le otorgaba 62% a favor y 27% en contra; a Felipe Calderón, con 64% de nivel positivo y 29% negativo: a Peña Nieto, con 25% favorable y 73% en contra; y a López Obrador se le asignaba en 62% de positivo y 37% de negativo.
Lo interesante es que en el caso de Zedillo –quien llegó al quinto año en el nivel más alto de los diferentes exmandatarios–, y de Calderón, en las siguientes elecciones el candidato presidencial postulado por su partido –Francisco Labastida y Josefina Vázquez Mota, respectivamente–, perdieron y tuvieron que dejar el poder a otro partido opositor.
Es decir, pese a los supuestos altos niveles de aceptación del presidente en funciones, ese factor no garantiza que el candidato de su partido tenga asegurada la victoria en las urnas. Por lo tanto, el que Claudia Sheinbaum tenga ventaja por el supuesto amplio respaldo asignado a López Obrador no resulta ser un elemento en su favor.
Máxime que la exjefa de gobierno capitalino no ha logrado desarrollar una personalidad propia, al contrario, se ha mantenido bajo la sombra de López Obrador, hecho que muchos ciudadanos evaluarán al momento de marcar su boleta electoral y decidir si quieren más de lo mismo de lo vivido en estos años o, bien, se deciden por un cambio.