Según el artículo 1 de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana, esas instituciones armadas deben cumplir cinco misiones generales: I.- Defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación; II.- Garantizar la seguridad interior; III-. Auxiliar a la población civil en casos de necesidades públicas; IV.- Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país; y V.- En caso de desastre prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas afectadas.
Como se ve, en ninguna de ellas se especifica que deba cumplir con funciones de seguridad pública, por eso la propuesta presidencial para que la Guardia Nacional pase a ser una rama de la Secretaría de la Defensa Nacional, pero se requiere una reforma constitucional que, en estos momentos, se considera difícil de alcanzar.
Respecto al apartado IV (Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país) considero que resultaría muy forzado incluir aquí las funciones asignadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador para que el personal militar ejecute diversas tareas como limpiar las playas del Caribe, construir cuarteles, sucursales para el Banco del Bienestar, el nuevo aeropuerto ’Felipe Ángeles’ y el Tren Maya, entre otras obras.
Según el presidente él no se pudo apoyar en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, ya que las anteriores administraciones federales la dejaron en malas condiciones, es decir ni siquiera confía en los funcionarios que ha designado en responsabilidades específicas para que las puedan cumplir eficientemente.
En cambio, estirando la interpretación de ese apartado IV, López Obrador ha degradado las labores de los militares para tratarlos como simples albañiles, con todo respeto para ese gremio laboral, pero es que los soldados no deben ser tratados de esa manera. Además, la cantidad de los uniformados es limitada y se les distrae de otras labores más importantes, que las de dedicarse a la construcción,
Aparentemente los soldados cumplen con las órdenes que se les imparten, pero es más por disciplina que por convicción y muy seguramente muchos de ellos están inconformes con cumplir esas tareas.
Una duda: qué sucederá si es que finalmente se logra integrar a la Sedena a la Guardia Nacional, ¿también serán dedicados a otras actividades en lugar de atender las necesidades de la seguridad pública, mientras continúa actuando impunemente el crimen sea organizado o no?