Durante la inauguración del primer tramo del Tren Maya, como muy pocas veces se le vio contento y orgulloso a,l presidente Andrés Manuel López Obrador, pues una de sus obras insignia empezaba a funcionar, aunque en realidad existen varios ’peros’.
Uno de ellos, se repitió lo de otras obras como el Aeropuerto Internacional ’Felipe Ángeles’, la refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, o el Tren ’El Insurgente’, por ejemplo: se inauguraron sin dar servicio al 100% o de forma incompleta, ya que el nuevo tren solo comprende un tramo de 473 kilómetros, cuando la obra total es de mil 500 kilómetros.
Incluso, se repetirá el inicio de servicio incompleto con la próxima puesta en marcha de la ’nueva’ Mexicana de Aviación, aerolínea manejada por militares pero, hasta el momento, carece de los aviones necesarios para cumplir con sus metas fijadas.
El primer tramo del Tren Maya conecta a Campeche y Cancún, consta de catorce estaciones, dos cocheras, dos bases de mantenimiento y un taller en la ciudad turística del Caribe y, además, también requirió de la construcción de 187 obras de drenaje y 362 pasos vehiculares, peatonales y de fauna.
En la estación San Francisco de Campeche, durante la ceremonia inaugural, López Obrador dijo: ’Nos da mucho gusto estar con ustedes en este día verdaderamente histórico, porque estamos inaugurando este tramo de Campeche a Cancún; es una obra que en su totalidad comprende mil 554 kilómetros’.
Puntualizó: ’Es una obra magna, no exageramos si decimos que no hay una obra así en la actualidad en el mundo, y se logró también en tiempo récord. Por lo general, trascienden gobiernos, son de más de más de 10 años’. Mencionó que en su construcción se enfrentaron ’problemas menores’, principalmente por la ’politiquería’ de abogados opositores y ’pseudoambientalistas’; sin embargo, los trabajos continuaron gracias al apoyo de la gente.
Su gozo fue tal que en el viaje inaugural, a bordo de un tren ’estándar’, con capacidad para 230 pasajeros, con duración de seis horas y 33 minutos –sin contar la parada de media hora para un banderazo a obras de transporte en Mérida–, López Obrador recorrió los vagones, incluso dialogó por 43 minutos con los reporteros, donde respondió a diversas interrogantes.
Acerca de su costo, respondió que ’casi la mitad de lo que va a costar el Tren Maya es el ahorro por no haber continuado con el proyecto de Texcoco, y a lo mejor no se hubiesen ejercido 300 mil millones, como lo tenían estimado, sino más’ y precisó que el costo estimado del primer tramo es de 60 mil millones de pesos y el de la obra entre 200 y 300 mil millones.
Sin embargo, minimizó costos al argumentar que fue menor a lo que pudo costar una obra así en sexenios pasados e incluso en otros países, incluso afirmó que en dos o tres años el Tren Maya será sustentable y alcanzará su equilibrio económico. Es decir, otro ’pero’ más, al reconocer tácitamente que se rebasaron los costos estimados inicialmente.
López Obrador admitió que la obra está inconclusa, reconoció que aún faltan cosas: ’Sí le falta, claro, es un poco lo que sucedió con el aeropuerto Felipe Ángeles, decían que no se paraban ni las moscas, que espantaban y que nada más había una señora que vendía tlayudas… pues ya el AIFA es el aeropuerto que más carga transporta en el país’.
Subrayó que el mantenimiento del transporte está garantizado en los contratos y recordó que su operación estará a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional: ’Se busca que el tren no se privatice, que no vaya a haber un cambio y que lo vendan porque es patrimonio nacional. Dejar esto a cargo de una institución del Estado que actúa con disciplina, tiene orden y va a garantizar también la seguridad, ese es el otro tema’.
Otro ’peros’ es el de la seguridad, ya que contará con un despliegue operativo integrado por videocámaras, radiopatrullas y cinco helicópteros y dos mil 800 elementos de la Guardia Nacional, encargados de vigilar el tramo inaugurado con tres ejes para proporcionar seguridad por medio de destacamentos, patrullaje a lo largo de la vía y seguridad en los trenes, así como elementos capacitados durante cuatro meses en seguridad ferroviaria.
La pregunta sería por qué ofrecer exclusivamente este tipo de vigilancia al Tren Maya sin extenderlo a otras carreteras, donde constantemente suceden asaltos, tanto a turistas como a transportes de carga, los cuales permanecen impunes.
Un ’pero’ más es afirmar que el AIFA es el maneja más carga, porque no por voluntad de las empresas aeronáuticas, ya que por decreto fueron obligadas a salir del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, mismo que sucederá ahora en enero con el transporte de pasajeros, cuando también por decreto se reduzcan las operaciones en la terminal capitalina.
En fin, veremos cómo, una vez que pase la novedad del Tren Maya y concluidos los tramos faltantes, cuál es la respuesta del turismo y sí responde a las expectativas iniciales, para conocer su verdadero alcance, y no se convierta en un ’elefante blanco’; al cual se le deba apoyar con subsidios, como sucede con el AIFA, para decir que ’funciona eficientemente’: