Opinión de Carlos Aguila Franco

De Frente Y Claro | Reflexiones de cara al 2023

Carlos Aguila Franco

De Frente Y Claro | Reflexiones de cara al 2023
Diciembre 29, 2022 19:12 hrs.
Periodismo ›
Carlos Aguila Franco › El Informador Analítico

Finaliza este 2022 que por muchas razones ha sido muy difícil, entre ellas, seguir enfrentando la pandemia del Covid-19. Nos enteramos de cuántas personas se han contagiado, cuántas han muerto, y más duele cuando personas cercanas se han ido por su causa.

Siempre he considerado que reflexionar es muy importante. Sobre todo, en etapas difíciles de la vida. Ante lo que estoy viviendo, me lleva a hacerlo y definir o reconfirmar si lo que en estos momentos realizo es importante y si debo continuar. Todos los días me aboco por la noche a reflexionar si hay que seguir, si vale la pena, si estoy en el camino correcto o debo olvidarme de ello.

Porque no puedo pretender ocultar la verdad con la fantasía de que todo está bien, de que todo va bien. ¿Qué es lo que debo de hacer? Hacerme invisible o hacer invisible la realidad, los problemas, como un seguro para sobrevivir. Ya que hay riesgos, siguen y seguirán más fuertes todavía. Cuando has estado a punto de cruzar esa delgada línea de vivir o morir, la perspectiva te cambia.

Pero si hay que escoger, prefiero ser de las personas que pueden mantener el coraje, la dignidad y la honradez, en situaciones al límite. Y no evadirlas y fingir, ya que eso nos convierte en cómplices de todo lo que está mal y nos afecta. Vuelvo a insistir, cobarde no soy.

Las ambiciones de los políticos son un factor determinante en los problemas del mundo actual. Muchos piensan que van a salvar el mundo cuando lo que hacen es hundirlo. Por ello hay que denunciarlos, informar a tiempo, cuando todavía hay remedio, no cuando ya nada se puede hacer y solo queda la impunidad.

Importante es darse cuenta de que no pueden hacerse grandes cosas solo, pero lo determinante es hacer pequeñas cosas. Y si todos LAS HACEMOS, SUMAMOS Y TENDREMOS GRAN INFLUENCIA. Así se llega a las grandes cosas, LA UNIÓN HACE LA FUERZA.

Seguramente hoy los ciudadanos saben más, pero distorsionado, no se informan en medios serios. La información se mezcla con mucha propaganda. Hoy se sabe más, pero no mejor. La cantidad rebasa a la calidad, y eso no es nada bueno.

Por ello hay que usar el coraje como un Don y transmitirlo. Hay que pensar con los sentidos y sentir con la mente. Hay que ser indiferente al odio y al temor. Controlar la pasión, el coraje que de repente despega en frases muy contundentes.

Hay que enfrentar todo, tener valor, no perder la dignidad. Nunca confundirla con el orgullo, ese es para los tontos. Porque ni compadezco, ni me gusta que me compadezcan.

Seguro estoy que la democracia es como la justicia, es una casa que se va construyendo ladrillo a ladrillo.

Debo seguir, sumando todos y cada uno de los momentos en que mi corazón siga latiendo, mi mente siga activa y motivándome a ser creativo, a poder aportar algo. Y mientras tenga lucidez, creatividad, fuerza y motivación para seguir adelante, le daré gracias a Dios por permitirme hacerlo y seguir con vida.

Obviamente en todo esto influyen mis raíces, la ética, la cultura, historia, tradición. Y todo lo que por generaciones se ha defendido, se ha transmitido, nos han enseñado, hay que luchar. Por la familia, por las nuevas generaciones, por todo lo que amamos, por la verdad, por nuestra libertad, por México.

No podemos permitir que nos callen, o peor aún, que nos dobleguen. Debemos luchar por los derechos que tantos años costó tenerlos, pero también cumplir con las obligaciones que ello conlleva.

No doblegarse ante los problemas y obstáculos que se nos presentan, siempre ver hacia delante y ser positivos.

Porque hay personas que se apegan a la congoja como si fuera una virtud, y nada ganan, es mejor dejarla marchar con alivio y preferir el optimismo, que más que una virtud, es un Don. Que sumado a lo que hacemos todos los días es lo que va haciendo camino, porque son los actos y no las palabras los que hablan por las personas, por más que se diga y se mienta, la verdad no se puede esconder.

Por más difícil que se presenten las cosas, hay que darse un compromiso con la vida, no perdamos el tiempo buscando respuestas a lo que no tiene preguntas. Se tiene que trabajar presente y futuro para salir adelante.

Con algo muy importante es nunca confundir nuestras razones con la RAZÓN y menos aún buscar IMPONERLAS. Por ello no se debe pensar con el corazón, se debe sentir con el corazón y pensar con el cerebro, difícil para muchos, pero debemos hacerlo.

Es por ello que con los sucesos que acontecieron en todo el mundo en el 2022, esperando que el 2023 sea mejor, no me quedo con las ganas de externar lo que quizás sea un sueño, o un gran deseo, que se convierta en hermosa realidad: cambiemos guerra por paz, tristeza por alegría, muerte por vida, porque de lograrlo, toda la humanidad lo agradecerá.

Ojalá que el dinero que se derrocha en las guerras se usara para salvar vidas combatiendo tantas enfermedades que existen, y ahora esta terrible pandemia; que se ayudara a los millones de personas que ni siquiera tienen para comer, mucho menos para vacunas, como acontece en varios países.

En lugar de pensar en destruir lo que tanto esfuerzo ha costado construir, se piense en combatir la contaminación que afecta tanto; ¿por qué no invertir en conservar los bosques, los mares, la fauna?; ¿por qué se prefiere seguir matando destruyendo nuestro planeta? Ojalá que lo que se exterminara fuera el rencor, el odio, porque el odio y el rencor no alimentan a nada ni a nadie y mucho menos el alma.

Si se hacen cosas más positivas, seguramente lo agradecerán todos los seres humanos, y más aún, los niños, los jóvenes, las nuevas generaciones que son el futuro de la humanidad. Porque no hay mayor robo, que quitar la alegría a las personas. Ojalá que lo reflexionen con la intención de ser cada día mejores, con la humildad plena de reconocer que podemos hacerlo y que lo necesitamos. Porque podemos hacer mucho por mejorar nuestras vidas como personas, y entregar un poco a quienes padecen más que nosotros.

Agradezco a Eduardo Ruiz-Healy por esta gran oportunidad de poder compartir lo que sucede, lo que analizamos, lo que pensamos y lo que sentimos a través de este espacio, con los lectores de Ruiz-Healy Times.

Reciban un enorme abrazo en compañía de sus familias, con mis mejores deseos de que en el 2023 exista principalmente salud que, teniéndola, todo lo demás se logra.

Que la calidad humana siga siempre existiendo, y nos impulse a seguir luchando por nuestras familias, por una mejor ciudad, por un mejor país, por un mejor mundo.

Quedando muy claro que para quienes tenemos el periodismo como profesión, lo que escribimos y lo que expresamos, siempre se leerá y escuchará, y que por más que las amenacen, insulten, repriman a través del autoritarismo, la tiranía, NUNCA, NUNCA, las sepultará el silencio. Dios los bendiga hoy y siempre.

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