Existen muchas formas de entender y practicar la política por lo menos en México, Pero ejercer su práctica no resulta sencillo, ya que para obtener los mejores resultados se requiere de una gran experiencia y pericia y el mejor ejemplo lo han dado recientemente dos de nombre Ricardo, uno de apellidos Monreal Ávila y el otro Mejía Berdeja.
Ambos iniciaron sus carreras en el PRI donde alcanzaron diferentes cargos, aunque después han pasado por diversos partidos hasta llegar a Morena. Los dos con futuras aspiraciones, uno para ser postulado como abanderado a la presidencia de la república, el otro ya como candidato a gobernador por Coahuila, aunque ahora por el Partido del Trabajo.
Si bien ambos han expresado sus inconformidades al interior de Morena acerca de la forma en que se han desarrollado los procesos para definir las candidaturas finales, la diferencia es que Monreal se mantiene al interior del partido y confiado en alcanzar sus aspiraciones, en tanto que Mejía no solo ha sido marginado sino hasta repudiado por la dirigencia morenista y hasta por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sucede que el político zacatecano ha logrado desarrollar un gran colmillo político, el cual le ha servido para que a pesar de no ser considerado como una ’corcholata’, tal como bautizó López Obrador a quienes postuló como aspirantes a la candidatura presidencial, sea incluido en esa lista. Sin embargo, pese a sostener que seguirá al interior de Morena, no deberá sorprender que cuando no exista el demandado ’piso parejo’, acepte ser nominado por otro partido.
En cambio el originario de Coahuila, quien fungía como subsecretario de Seguridad Ciudadana, incluso acudía todos los jueves a la conferencia mañanera en Palacio Nacional para informar acerca de los ’positivos’ avances en materia de seguridad pública, no aceptó los resultados de la encuesta que otorgó la candidatura a la gubernatura al senador Armando Guadiana y, en cambio, aceptó ser postulado por el PT.
Incluso López Obrador lo expuso como malagradecido al expresar que para renunciar ’no me dio ni el adiós, nada más me mandó un papel.’
Esta situación pone en riesgo la presunta anticipada victoria de Morena, ya que seguramente su militancia dividirá su voto entre Mejía y Guadiana, lo que deberá servir para ayudar a que el abanderado priista Manolo Jiménez pueda ser el final ganador.
En fin, en la política no existe nada escrito ni definitivo, pero quien tiene mejor capacidad para demostrar y aplicar la experiencia ganada, será quien alcance sus objetivos finales.