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Durante los gobiernos priistas la izquierda criticó a los servicios de inteligencia existentes al considerar que eran utilizados para espiar sus actividades, aunque realmente funcionaba para anticipar lo que calificaban como posibles acciones contrarias a las autoridades.
Actualmente, al desclasificarse los archivos de lo que fue la Dirección Federal de Seguridad, dependencia que evolucionó hasta el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), que en la actual administración se rebautizó como Centro Nacional de Inteligencia, se ha conocido que fueron investigados diversos personajes públicos además de políticos como deportistas, artistas, quienes nunca supieron que era espiados.
Podría considerarse que gracias a su labor los eventos criminales se mantuvieron contenidos, incluso cuando la conocida como Brigada Blanca actuó en exceso en contra de la guerrilla urbana que apareció en el país en la década de los años setenta del siglo pasado.
Actualmente, esos servicios de inteligencia no se ve que operen ni funcionen, ya que han sucedido varios eventos y situaciones de los cuales el gobierno federal debería tener conocimiento para evitar que sucedieran y afectaran a sectores de la sociedad mexicana,
Citemos tres: la aparición de grupos anarquistas que han irrumpido violentamente en marchas políticas, principalmente en la Ciudad de México, para crear un ambiente de hostilidad en contra de los manifestantes; grupos de encapuchados que bajo el argumento de protestar contra la violencia de género, han tomado por la fuerza varios planteles de la Universidad Nacional Autónoma de México; y la boda de una hija de Joaquín El Chapo Guzmán.
En los dos primeros casos, los encapuchados actúan impunemente y, en particular, en el caso de los universitarios el presidente Andrés Manuel López Obrador, afirmó que existe mano negra en esos hechos violentos y cuestionó quién está detrás de estas tomas violentas, cuando esos servicios de inteligencia deberían tener conocimiento de quienes son esos encapuchados.
Respecto a la boda de Alejandrina Guzmán, hija de El Chapo, con Edgar Cázares, presunto sobrino de Blanca Margarita Cázares, La Emperatriz del narco, el 25 de enero en la catedral de Culiacán y se cerraron varias céntricas calles, sólo se supo del evento días después en redes sociales días después, pero López Obrador dijo simplemente no tener información,
Debe concluirse que el área de inteligencia no funciona debidamente, porque es incapaz hasta de detectar una reunión social de presuntos peligrosos delincuentes, quienes pueden actuar libremente con la consciencia de que ni siquiera serán molestados.