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Futuro político de López Obrador

Adrián Chavarría Espinosa

 Futuro político de López Obrador
Marzo 19, 2019 21:11 hrs.
Gobierno ›
Adrián Chavarría Espinosa › El Informador Analítico

ache57@yahoo.com.mx
En los últimos días se han registrado una serie de situaciones que han dado pie a especulaciones sobre cuál sería el futuro personal y político del presidente Andrés Manuel López Obrador, al señalar que desde estos momentos opera para una futura reelección, aunque él lo niega y rechaza la presunta intención de mantenerse en el poder una vez concluido su periodo administrativo en el 2024.
​Una de las principales causas de esa posible reelección se ha generado por su intención de someterse a la consulta de revocación de mandato –ya aprobada en la Cámara de Diputados, pero falta conseguir el aval de los senadores, como parte de la reforma al artículo 35 de la Constitución.
​Para intentar tranquilizar el ambiente, en una de sus conferencias mañaneras anunció: ’voy a poner aquí un compromiso de que no voy a reelegirme, firmado; tengo palabra, lo que estimo más importante en mi vida es mi honestidad, pero de todas maneras voy a hacer ese compromiso público’.
​Lo que inquieta a la oposición política es que la consulta de revocación de mandato sea a la mitad del sexenio, es decir en 2021, precisamente cuando se realicen las elecciones para renovar la Cámara de Diputados, para que en la boleta electoral además de los aspirantes a legisladores aparezca el nombre y posiblemente la fotografía de López Obrador.
​De esa forma, argumentan, el político tabasqueño además de hacer campaña para lograr la ratificación de su mandato de forma paralela, también apoyaría a sus candidatos para repetir lo sucedido en el 2018, cuando gracias a su arrastre personal no solo Morena ganó la presidencia de la república, también las cámaras de diputados federal, de senadores, varias gubernaturas, la mayoría de congresos locales y gran cantidad de Ayuntamientos.
​Lo que la oposición responde a esa propuesta es que aprobaría la consulta de revocación de mandato pero hasta el cuarto año de su mandato, sin estar de por medio ningún otro proceso electoral federal, por lo que la decisión ciudadana sería únicamente sobre López Obrador y su desempeño profesional.,
​Pero ¿qué tan ciertos son los propósitos políticos de no reelegirse o, por lo menos, mantenerse al margen de la política mexicana? Por sus antecedentes yo dudaría de que cumpla con esos objetivos.
​Recuérdese que cuando López Obrador era jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, en sus conferencias matutinas, cuando mediante esas reuniones imponía la agenda política cotidiana, interrogado acerca de lo que eran en esos momentos sus aspiraciones presidenciales simplemente las negaba, ya fuera con la frase ’lo que diga mi dedito’ y movía el dedo índice de su mano derecha de izquierda a derecha o, bien, simplemente con declarar reiteradamente: ’a mí que me den por muerto para las elecciones presidenciales del 2006’.
​Incluso, por ejemplo, el 28 de febrero de 2003 expresó: ’Yo ya dije claramente que no estoy pensando en el 2006, pero es en serio porque tengo una responsabilidad como jefe de gobierno, además he dicho varias veces que ese no es el objetivo principal, lo que estamos buscando es que se gobierne bien la ciudad y eso es lo que hacemos todos los días’,
​Sin embargo, a pesar de ese dedito y de sus frases luctuosas no solo fue candidato presidencial en el 2006, también lo fue en el 2012 y en el 2018, cuando por fin logró la victoria electoral, es decir que faltó a su palabra razón por lo cual su actual decisión resultaría dudosa.
​Tampoco pueden descartarse otras alternativas para proseguir en la política, como someter a una consulta popular, como las ya organizadas y conocidas, bajo sus condiciones y reglas, para que ’la sabiduría del pueblo’ defina si quiere la reelección.
​De igual forma, así como se ha registrado la involución política con López Obrador, al volver a reforzar la figura presidencial, a concentrar el poder unipersonal, a censurar las críticas negativas, entonces no podría descartarse un nuevo Maximato, donde el actual mandatario, por ejemplo, a la cabeza de Morena, su partido, seguir activo y desde esa responsabilidad intente seguir involucrado en la toma de decisiones en la política nacional.
​Tampoco puede omitirse que López Obrador aún continúa con la mentalidad de seguir en campaña, como candidato, ya que sus expresiones y actitudes para descalificar a la oposición, al calificarla de adversaria, es decir rival o enemiga, sin considerar que es el presidente de todos los mexicanos, incluso de aquellos que no votaron por él, lo que en definitiva no ayuda para alcanzar la unidad nacional.
​Es de esperar que en el Senado se frene la intención la revocación del mandato a los tres años de gobierno y, en caso de aprobarse, que sea hasta el cuarto año, de lo contrario tanto esa propuesta de López Obrador como otras más que formule en el futuro, no podrán ser consideradas serías y objetivas, sino que serán cuestionadas por pretender alcanzar segundas intenciones poco claras y de beneficio particular.

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