El senador Ricardo Monreal se ha tornado en lo que podría llamarse como una piedra en el zapato, tanto para el presidente Andrés Manuel López Obrador como para el partido Morena, lo cual dificulta anticipar que le depara el futuro.
Actualmente, Monreal no solo es el líder de los senadores de Morena, además encabeza la Junta de Coordinación Política, es decir organiza los trabajos legislativos para aprobar las iniciativas tanto promovidas por los integrantes de la Cámara Alta como las enviadas, por ejemplo, del Poder Ejecutivo. Por ello resulta una pieza fundamental para que sean avaladas las propuestas enviadas por el presidente en turno.
Pero Monreal no se conforma con cumplir institucionalmente con esa responsabilidad, ya que ha expresado constantemente su interés por ser el candidato de Morena en las elecciones presidenciales del 2024, lo cual no ha sido aceptado en particular por López Obrador, quien desde hace poco más de un año dejó de tener una relación personal y directa,
El distanciamiento se originó porque Monreal presuntamente trabajo en contra de Morena en las elecciones de la Ciudad de México en 2021, donde la oposición gano nueve de las 16 alcaldías, en especial la Cuauhtémoc, que siempre había sido leal a López Obrador.
Por ese motivo el mandatario mexicano al dar a conocer a sus favoritos para la candidatura presidencial, donde incluyó a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, jefa de gobierno de la Ciudad de México y los secretarios de Relaciones Exteriores y Gobernación respectivamente. Además, ha sido marginado de eventos donde los llamados ’corcholatas’ se han placeado ante la dirigencia y militancia de Morena.
Ante estas circunstancias y sin perder la institucionalidad, Monreal ha insistido en contender por la postulación, pero sin aceptar las ’encuestas’ por considerarlas inadecuadas, incluso ha actuado de forma más independiente, al grado de formular críticas hacia acciones presidenciales, en particular a la estrategia de seguridad pública, la de ’abrazos, no balazos’.
Aunque a López Obrador no le agrade sabe que no puede romper con Monreal, ya que de suceder se registraría una división interna no solo en el Senado, donde un gran número de los legisladores morenistas le son leales, también al interior del partido ya que muchos de ellos lo apoyarían en sus aspiraciones presidenciales, incluso postulado por otro partido o coalición.
Aquí es donde se deberá ver cómo responde el presidente, porque una mala decisión podría representarle la derrota de Morena dentro de dos años.