Tras el fallecimiento de Luis Miguel Barbosa a quien le quedaban dos años como gobernador de Puebla, y más allá de condolencias y consideraciones de la pérdida de la persona, el cargo vacante se convirtió en una codiciada pieza política en especial para las elecciones del 2024, cuando se elija al nuevo mandatario.
Por supuesto el mayor interés sucedió en Morena, partido donde además intervienen los aspirantes a la candidatura presidencial, los llamados ’corcholatas’, quienes ya buscan colocar a quienes puedan respaldarlos en su carrera de aspirantes a la silla presidencial.
Si bien aún cuando existía al menos un plazo indeterminado para que el Congreso local designara al gobernador sustituto, aún no terminaban los actos oficiales de despedida del fallecido mandatario cuando sucedió la designación de Salomón Céspedes Peregrina.
Con una muy amplia mayoría –38 votos a favor y solo uno, de un panista, en contra–, los diputados eligieron a quien hasta esos momentos era el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local y coordinador de la bancada de Morena. Como priista, Céspedes Peregrina en 2014 fue diputado local, después como independiente compitió por la presidencia de Tepeaca en 2018, por Movimiento Ciudadano, en una alianza encabezada por el PAN.
Pese a todos esos antecedentes era el favorito de Barbosa para sucederlo en el 2024, pero tenía como adversarios al senador Alejandro Armenta Mier, presidente de la mesa directiva del Senado, e Ignacio Mier Velazco, coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, coincidentemente ambos con arraigado origen priista.
Si bien y como se mencionó antes, Barbosa estaba por apoyar al ahora mandatario sustituto para postularlo como candidato a sucederlo, sus preferencias hacia las corcholatas presidenciales eran hacia Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, a quien ya había recibido en ocasiones en su entidad en sus ’actividades no proselitistas’.
Ahora corresponderá a Céspedes Peregrina definir a quien postulará como propuesta local al abanderado de Morena para la gubernatura, sin descartar presiones tanto desde la presidencia como de sus corcholatas para proponer a sus correspondientes aspirantes.
Será interesante ver todas esas candidaturas, pero sin omitir lo sucedido en Coahuila, donde el supuesto favorito presidencial –el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía–, se quedó en el camino debido a que las ’encuestas’ no le favorecieron y pese a su inconformidad inicial, finalmente tuvo que aceptar esa decisión. Ya veremos qué sucederá en Puebla.