La Alianza Opositora y MC
Arturo Zárate
Primero suspiraba por Ricardo Monreal. Después por Marcelo Ebrard. Ahora por Movimiento Ciudadano (MC).
La alianza opositora PRI-PAN-PRD creyó en un primer momento que ya tenía en la bolsa a Monreal, ante los desaires que recibía desde Palacio Nacional. Llegó a ofrecerle con su voto la presidencia de la mesa directiva del Senado cuando parecía que perdería el liderazgo del grupo mayoritario. Monreal se mantuvo y mantiene fiel a la camiseta guinda.
Luego empezó a ver a Ebrard a su imagen y semejanza, identificado con distintos grupos de la sociedad, con capacidad acreditada, que lo mismo le permitió comprar pipas y vacunas que atender el tema migratorio o hacer malabares para justificar contrastes en política exterior.
Con tal de no incomodarlo, minimizó en su discurso la acusación por los accidentes del Metro y el escándalo de la casa blanca de Angélica Rivera. La alianza todavía conserva la esperanza de que abandone a la 4T de no llegar a ser candidato presidencial.
Marcelo no se reconciliaría con quienes lo obligaron, a él y a su familia, a huir del país en el sexenio anterior.
Alianza opositora ansiosa por candidaturas ajenas, no ha podido construir la suya. Va en la retaguardia de la carrera presidencial, con el sueño de que en la recta final se le cruce en el camino el personaje ideal. El tiempo se le agota. En esa desesperación avienta toda clase de lazos para atrapar al partido Movimiento Ciudadano.
El triunvirato formado por Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano empieza a lavarse las manos de lo que ya se asoma como derrota. Da a entender desde ahora que si el próximo año no hay alternancia en el poder será por culpa de MC, por aislarse.
Incluso, por lo mismo, lo culpa de que no se haya logrado la mayoría absoluta en la elección intermedia, en la disputa por el poder legislativo federal.
Ha supeditado su éxito en 2024 a que se le una el partido del veracruzano Dante Delgado, a pesar de que Movimiento Ciudadano le dio la espalda en las recientes elecciones del estado de México y Coahuila.
Por si fuera poco, MC, a través de sus diputados Jorge Álvarez Máynez y Salomón Chertorivski, ha dejado en claro que no quiere nada ni con melón ni con sandía, ’con el PRI ni a la esquina’ y respecto a Morena, acaba de impugnar el reciente acuerdo del Consejo Nacional, sobre la elección de su abanderado para competir por la presidencia.
En síntesis, Alejandro, Marko y Jesús, en los últimos años y meses se han empeñado más en ver qué personajes le quitan al partido de Mario Delgado en lugar de fortalecer y hacer crecer sus propios cuadros.
Se han ocupado más en atraer a MC a su bloque en vez de consolidar sus propias organizaciones.
Ya se les hizo tarde, desaprovecharon el movimiento de la sociedad que llenó calles y salió en defensa del Instituto Nacional Electoral. Faltó inteligencia para encauzar esa fuerza hacia la posibilidad de lograr la alternancia en el siguiente año.
No han conseguido verse como opción; menos después del fracaso en el estado de México.
La imagen que dieron el domingo 4 de junio al salir a los medios con Alejandra del Moral para pregonar que habían ganado y a las dos horas siguientes dejarla sola al reconocer su derrota, podría verse como preludio de lo que serían capaces de hacer la noche de las elecciones en 2024.
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