Los intereses de Joe Biden en Baxter

A raíz de que el jueves pasado se dio a conocer en la mañanera que sí hay una investigación en contra del expresidente Enrique Peña Nieto en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) por posibles operaciones irregulares en 26 millones de pesos, se han despertado muchas especulaciones.

Qué el expresidente Peña Nieto rompió el pacto con el presidente López Obrador al reunirse en España con militantes priistas y por eso respondió el gobierno, que se trata de un distractor ante los otros problemas que enfrenta el país, que es una llamada de atención para que el expresidente no meta las manos en las elecciones del estado de México en 2023 y muchas otras.

Lo cierto es que tanto el presidente López Obrador como el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, fueron muy cautelosos en la conferencia mañanera, al grado de no mencionar ni al expresidente, ni los nombres de las empresas involucradas, sino únicamente se señalaron como A y B.

Posteriormente se difundió -ya no de manera oficial- que se trataba de las empresas Plasti-Estéril, que fue propiedad de la familia Peña Nieto y la transnacional Baxter, que obtuvo contratos por más de 10 mil millones de pesos en la administración del expresidente investigado, es decir de Enrique Peña Nieto.

Casi inmediatamente, Baxter en México difundió un comunicado en el cual detalla que la relación empresarial con la familia Peña del Mazo terminó formalmente en 1992, cuando los familiares y expresidente vendieron la totalidad de sus acciones a distintos inversionistas privados. En ese momento la empresa Esquiflex adquirió los títulos de propiedad de Plasti-Estéril.

Posteriormente, en 1997, de acuerdo con el comunicado de la transnacional farmacéutica, Baxter Edwards adquirió 52 por ciento de las acciones de Plasti-Esteìril, y, finalmente, el 25 de enero de 1999, Baxter Edwards y Jaime Einstein (delegado de Baxter), adquirieron de la empresa Equisflex, la totalidad de las acciones de Plasti-Esteìril.

Sin embargo, en el comunicado de la empresa no se aclaran los señalamientos de las transacciones financieras que han tenido como destinatario final a Enrique Peña Nieto y que ocurrieron con posterioridad a la venta de la empresa e incluso ya después de que terminara su sexenio.

Si se entiende este entramado no es de extrañar la cautela del actual presidente y de Pablo Gómez, sobre todo unos días después de que el propio López Obrador, había manifestado su molestia por la forma en que se hizo un espectáculo por parte del gobierno de Campeche al exhibir la mansión del dirigente del PRI, Alejandro Moreno, a la que calificó de humillante.

En este sentido, el presidente no podía incurrir en lo que había criticado días antes. Además hay muchos intereses más en el asunto que deben ser ventilados, sobre todo si se toma en cuenta que puede haber intereses del actual presidente estadounidense, Joe Biden, en la empresa Baxter.

De hecho, Baxter cuenta con un largo historial de quejas en Estados Unidos, Europa, México y Centroamérica, de muchas de las cuales he dado cuenta en esta misma columna en los más recientes 10 años. Al respecto el director del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo, cuenta con más de veinte expedientes de las posibles irregularidades en las licitaciones en que participó (y ganó) Baxter en el sexenio pasado. Incluso hay información sobre la forma en que esa empresa utilizó a médicos y a supuestos pacientes para desprestigiar a la competencia, sobre todo cuando perdía contratos.

En total Baxter, habría recibido en el periodo de Enrique Peña Nieto 12 mil 161 millones en más de mil contratos, la mayoría otorgados por Adjudicación Directa, según algunas explicaciones extraoficionales que se dieron a conocer con posterioridad a la mañanera en que se informó de la investigación de la UIF sobre Peña Nieto.

¿Baxter en la reunión con EU?

Y precisamente en ese entorno, hay una razón muy específica para que el gobierno mexicano sea extremadamente cauteloso en esa investigación contra Enrique Peña Nieto, pues este martes (12 de julio) el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunirá con su homólogo Joe Biden, en Estados Unidos.

Oficialmente la agenda versará sobre temas comunes como la crisis inflacionaria global, medio ambiente, problemas energéticos del continente, la migración y el Tratado México-Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que hace unos días cumplió un año de haber entrado en vigor.

Pero la pregunta es ¿se platicará, aunque sea en privado de la participación de Baxter en la investigación contra Peña Nieto? Si es así seguramente jamás lo sabremos, pero sí hay motivos para pensar en una posible intercomunicación entre los presidentes de México y Estados Unidos al respecto.

¿Por qué? Porque existen sobradas pruebas de que Joe Biden tiene intereses económicos en la empresa Baxter. Un caso concreto es la presión que ejerció en Guatemala, a través de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y de varias fuentes del gobierno para incluso llevar a la cárcel a más de una veintena de trabajadores de la empresa competidora (mexicana, por cierto) para recuperar un contrato que había perdido.

El caso fue uno de los más emblemáticos de esa comisión (creada por la Organización de Estados Americanos y concluida en 2019) y motivó el encarcelamiento de expresidentes guatemaltecos, líderes empresariales, el titular del banco central, el director del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS, algo similar al IMSS nacional) y de una decena de académicos y empresarios.

Tuve la oportunidad de estar en Guatemala para hacer algunos reportajes sobre el tema y escuché al expresidente guatemalteco Otto Pérez Molina, en una declaración ministerial, decir que Joe Biden era socio de la empresa Baxter.

En una de sus confesiones ante la justicia dijo: ’tuvimos presiones por parte del vicepresidente Biden para entregarle un contrato a Baxter’. Así lo publiqué en su momento en esta columna y posteriormente se difundieron reportajes similares en publicaciones estadounidenses como NewsWeek. (Curiosamente después de mis reportajes y de los que se publicaron en Estados Unidos fue cancelada la CICIG).

El caso es que precisamente Joe Biden presionaba, como vicepresidente estadounidense, al gobierno de Guatemala para obtener contratos para Baxter, mientras que en México esa trasnacional se beneficiaba con cientos de contratos en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Desde luego que esta relación seguramente la conoce quien está al frente de la investigación para determinar su hay delito qué perseguir en el caso de Enrique Peña Nieto, pues el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, es el propietario de una universidad que hace décadas, según algunos, era el centro de operaciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en nuestro país, el México City College, que después se convirtió en Universidad de las Américas, de uno de cuyos planteles es dueño..

¿Hará algo el fiscal Gertz Manero? ¿Investigará relación de Baxter con Biden y de Biden con Peña Nieto? Seguramente no.

Dice el filósofo del metro: El verdadero fondo está en el trasfondo.



Tianguis

El viernes se dio a conocer la convocatoria para el Premio Nacional de Periodismo y los trabajos podrán postularse del 8 de julio al 31 de agosto, en el portal del Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo www.periodismo.org.mx. Ahí se detallan las bases, el registro y el jurado calificador. ’El periodismo en México está de luto. Nunca en la historia de México habían matado a tantos periodistas en un primer semestre del año, sin que conozcamos una efectiva reacción de parte de los gobiernos municipales, estatales o federales’, dijo Martín Casillas de Alba, director general y co presidente del Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo. El jurado está integrado por Ana Lilia Pérez, como presidenta, Alicia Guzmán, Andrea Miranda, Bruno Hernández Levi, Cintia Bolio, Doly Mallet, Elia Serratos Chávez, Geo González, Inés Cornejo Portugal, Isaín Mandujano, Ismael Sanmartín, Karla Cancino, Cori Muñoz, Víctor Magaña, Víctor Medina Gorosave y este columnista… Este fin de semana falleció el expresidente Luis Echeverría Álvarez, a los 100 años de edad, precisamente al cumplirse un aniversario más del golpe al Excélsior de Julio Scherer. Lo políticamente correcto (para la izquierda y la derecha) sería decir simplemente que murió un asesino. Pero en aras del periodismo y del equilibrio, me atrevo a mencionar cinco aspectos negativos de su gobierno y cinco positivos. Los negativos: el golpe a Excélsior, el 10 de junio de 1971, las desapariciones y asesinatos por la guerra sucia, la devaluación de 1976 y el aumento en el endeudamiento. Los positivos: duplicó el patrimonio del país (al incorporar 200 millas de mar en las costas), creo casi dos docenas de instituciones (como la secretaría de Turismo, la Profeco, el Infonavit, el Conacyt, Fonatur, la UAM, los CCHs, entre otras), puso un freno al Poder Económico, abrió las puertas a miles de exiliados chilenos, argentinos, uruguayos, mantuvo un crecimiento económico superior al seis por ciento anual y promovió el reparto agrario. Son dos caras de la misma moneda: Luis Echeverría Álvarez.… El viernes la secretaria de Economía de México, Tatiana Clouthier; la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, y la ministra canadiense de Comercio Internacional, Promoción de Exportaciones, Pequeñas Empresas y Desarrollo Económico, Mary Ng, emitieron, de manera presencial una declaración conjunta desde Vancouver, Canadá, en la que señalan que las partes del Tratado México, Estados Unidos y Canadá T-MEC, acordaron explorar formas de involucrarse mejor con las comunidades subrepresentadas para garantizar que el Tratado beneficie a aquéllas que históricamente no han sido del todo beneficiadas por el comercio. 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