El miedo al comunismo es algo intrascendente cuando no puedes explicar el concepto con fundamentos teóricos. La avenida Juárez se ha convertido en el teatro opositor donde se ha posicionado el Frente Nacional Anti AMLO para pedir la renuncia del gobierno actual. Aunque la gran mayoría de las tiendas de campaña que se encuentran en este plantón están vacías, los manifestantes aseguran que su movimiento es real y totalmente verídico. Hasta hace unos días veíamos al dirigente nacional de esta protesta, Gilberto Lozano (ex directivo de FEMSA), movilizando a las personas que están en contra de la 4T. El simple reflejo de la desdicha y de que todo les sale mal, dejó entrever las deficiencias del propio movimiento y su fragilidad ante la adversidad, pues el líder del frente salió corriendo al no soportar el viento que levantó las casas de campaña. Frenaaa es más débil de lo que parece, frágil y sometible a cualquier derrumbe anímico. La rabia corre dentro de los seguidores de Lozano, aseguran que AMLO es un dictador y se olvidan de su adhesión a las causas nobles que ellos mismos predican y no olvidemos que esta iniciativa está ligada al catolicismo. Frenaaa es un movimiento mal estructurado, desde sus cimientos hasta los altos mandos, las indicaciones fluyen ante la inercia de las redes sociales, sus movilizaciones quincenales son una burla por su poca capacidad de convocatoria. Las células de hombres y mujeres son los prototipos de gente adinerada que ha perdido sus beneficios y que ahora pretenden desacreditar a toda cosa al gobierno de la esperanza popular. Gilberto Lozano funciona como una pieza clave para entender el próximo electorado en 2021, es él mismo quien ha convocado el acercamiento de otros partidos políticos que deseen jugar sucio en los próximos comicios. Aquellos radicales de ultraderecha que pregonan suplicando la salida de AMLO del poder son los mismos que se olvidaron de aquel México que fue saqueado por sus compadres, amigos, jefes e incluso por ellos mismos. Los mejor conocidos como conservadores, neoliberales o fachos, beneficiarios de la corrupción de sexenios pasados, proponen una nueva forma de manifestarse en carro, tocando el claxon, gritando consignas de rabia contra el presidente, demandando su renuncia o bien, volando en casitas de campaña. No dejemos pasar por alto que aquel viento que no le hizo nada a Juárez es el mismo que le está dando a AMLO. La capitalización de la democracia es uno de los rasgos que caracterizan al presidente y quienes denuncian su mandato solo podrán derrocarlo cuando se someta a la revocación de mandato, hasta entonces ellos deberán esperar.

Comunicólogo y Periodista por la @UNAM_MX. Analista especializado en el Discurso Político. Colaborador en distintos Medios de Comunicación del Área Metropolitana.