El anuncio de las autoridades españolas de no enviar a un representante oficial a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, no es solo una muestra de que la nueva administración federal mantendrá vigentes los conflictos políticos internacionales iniciados por Andrés Manuel López Obrador, sino además de que el prestigio de nuestra nación en el panorama internacional cada vez es menor,
El conflicto inició en marzo de 2019, cuando el presidente mexicano envío una carta al Rey Felipe VI, donde le solicitaba reconocer públicamente los presuntos agravios cometidos por los españoles durante el periodo la conquista y la colonia. Así, este miércoles mientras el político tabasqueño insistió en que ’qué les cuesta ofrecer una disculpa’, la mandataria electa confirmó que decidió dejar fuera al monarca por las diferencias surgidas hace cinco años y sólo invitó al presidente hispano Pedro Sánchez, quien calificó de inaceptable la exclusión del Rey.
Realmente resulta improcedente y hasta absurdo pedir esas ’disculpas’ por lo sucedido hace 500 años, cuando formalmente no existían ni México, habitado diversas tribus, ni España, cuando solo eran diversos reinos los cuales, posteriormente, se unieron para dar paso a una nueva nación, Además, en la línea de pensamiento de López Obrador sería tanto como calificar a los tlaxcaltecas de traidores a la patria por ayudar a los hispanos en su conquista.
Lo que debería existir sería una visión más objetiva y reconocer que España es el segundo país con mayores inversiones en México, después de Estados Unidos y por arriba de Canadá, Japón, Alemania y Argentina, razón por la cual se le debería otorgar un mejor trato.
Para el acto del 1° de octubre se enviaron invitaciones a 228 jefes de estado y, hasta el momento, solo 16 han confirmado su asistencia, ninguno de Europa, Asia, África u Oceanía; ningún jefe de estado de los socios en el TMEC –solo vendrá la esposa de Joe Biden–, ningún mandatario de las principales potencias económicas, ni del mundo árabe y menos de Israel.
Entre los confirmados están el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el chileno Gabriel Boric, el colombiano Gustavo Petro, el boliviano Luis Arce, el paraguayo Santiago Peña, el guatemalteco Bernardo Arévalo, la hondureña Xiomara Castro, el beliceño John Briceño, el cubano Miguel Díaz-Canel y de Santa Lucía, Philip Joseph Pierre. En comparación, en 2018 asistieron 24 personalidades entre mandatarios, vicepresidentes y primeros ministros,
A días del 1° de octubre es difícil existan más confirmaciones, pero ante las previsibles ausencias resultará una ceremonia poco brillante y sin adecuado reconocimiento internacional.