Cuando ya se regularizaba la distribución de chips a las armadoras de autos, cuya suspensión se debió a la pandemia de covid.19, aparece una nueva amenaza a la industria automotriz: China anunció que a partir del primero de agosto aplicará controles más estrictos a la exportación de galio y germanio, minerales fundamentales para la fabricación de semiconductores y de baterías de litio.
Aunque el gobierno chino argumenta que con estas medidas se propone ’salvaguardar la seguridad nacional y proteger sus intereses comerciales’, en contraste los fabricantes de automóviles ven en esta nueva la medida un foco rojo en términos de manufactura en el corto y mediano plazos.
China produce alrededor de 60% del germanio mundial, cantidad que se distribuye entre Canadá, Finlandia, Rusia y Estados Unidos, de acuerdo con la asociación europea Alianza de Materias Primas Críticas (CRMA, por sus siglas en inglés).
Respecto al galio, China concentra 80% de la producción en el mundo y, además, se mantiene en ascenso. Tan sólo al cierre del año pasado exportó 94 toneladas, lo que representó un aumento anual de 25%, según datos de la CRMA.
Esta situación se presenta más preocupante ya que muchas empresas automotrices cada vez incrementan la producción de vehículos eléctricos, los cuales además de contener cientos de chips, también dependen de estos dos minerales para el suministro de las baterías con las cuales pueden moverse.
Recuérdese que la reciente escasez de semiconductores en la industria automotriz desencadenó diversos desafíos, los cuales afectaron significativamente la producción de vehículos y las ganancias del sector.
Según IHS Markit –líder mundial en información crítica, análisis y experiencia para las principales industrias y mercados automotrices–, durante 2021, en el punto más crítico de la crisis por la falta de chips, se dejaron de fabricar unos 9.5 millones de vehículos a nivel mundial ya que estas partes fueron utilizadas para elaborar dispositivos como celulares y tabletas.
Ante esta situación en Europa ya se han encendido las alertas de los fabricantes de vehículos, mientras en México los fabricantes de autopartes están atentos a la inminente entrada de las nuevas restricciones, lo que volvería a afectar la comercialización de autos nuevos, como sucedió meses atrás, lo que podría generar una nueva crisis en las ventas.