Desde el inicio de su administración el presidente Andrés Manuel López Obrador ha usado a la austeridad como una de sus banderas políticas. Inicialmente la calificó de ’republicana’, en honor de Benito Juárez, no solo uno de sus héroes favoritos, también como ejemplo a seguir.
Con esa idea se cancelaron desde bonos, seguros médicos y de retiro hasta supuestos gastos superfluos como viáticos, viajes al extranjero, pasajes de avión en primera clase hasta limitar los presuntos sueldos que no cumplen medianía juarista, entre otras acciones.
Estas medidas no fueron aceptadas por muchos empleados. Así quienes pudieron se pensionaron con sus salarios vigentes; quienes no tuvieron esa oportunidad, se ampararon legalmente para mantener sus ingresos, más otros se resignaron a recibir menos pagos.
Pero ante las difíciles condiciones económicas nacionales –alta inflación, altas tasas de interés, bajo crecimiento, entre otros factores–, y la necesidad de reforzar sus programas sociales con mayores recursos, López Obrador decidió pasar al siguiente nivel al que denominó de ’pobreza franciscana’, es decir mayores restricciones al gasto en el gobierno federal.
Sin embargo, esas limitaciones tienen sus excepciones: las obras de infraestructura insignia de su administración: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el Tren Maya y la refinería Olmeca, ubicada en Dos Bocas, Tabasco. En un principio se dijo que el costo de esas tres obras sería, en conjunto, de 415 mil millones de pesos (mdp), pero las cifras variaron en los últimos tres años. Según información oficial, se la inversión actual llegaría a 582 mdp, para acumular un sobrecosto de 167 mdp, pero hay nuevas informaciones sobre el costo extra.
En el caso concreto del AIFA: al anunciarse la obra en octubre de 2019 López Obrador dijo que su costo máximo sería de 75 mil mdp; en el 2020 se anunció que la inversión final sería de 80 mil mdp; en mayo de 2021 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ajustó la cifra a 84 mil 956 mdp. Después, el costo se elevó hasta 104 mil 531 mdp, rebasando su estimación en 23%, por lo que de erogarse lo aprobado en este año, entonces el sobrecosto será de 36%.
El Tren Maya que debería ser inaugurado en diciembre de 2023, tenía un costo original de 156 mdp con IVA, según el análisis costo-beneficio en mayo de 2019, pero sin incluir compra de material rodante adicional, prevista para los años 2033 y 2043, a fin de cubrir el aumento de la demanda del proyecto, por un total de 7.1 mil millones de pesos. Según el Programa Nacional Ferroviario 2022, revelado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, el costo del tren se actualizó a 230 mdp, es decir un sobrecosto de 74 mdp.
Sin embargo, el caso más relevante es el sucedido en la refinería Olmeca, la cual fue inaugurada el pasado 1 de julio de este año, obra que el presidente calificó como un ’sueño convertido en realidad’.
Su costo original fue estimado en casi 8 mil 919 millones de dólares (mdd), sin incluir IVA ni escalación, ni contingencias, ni administración por el dueño, de acuerdo con lo aprobado por el Consejo de Administración de Pemex en mayo de 2020; posteriormente, la obra se reevaluó a 11 mil 700 mdd, un sobrecosto cercano a 2 mil 782 mdd, equivalente a aproximadamente 56 mil 75 mdp.
Pero el pasado 30 de agosto López Obrador admitió un el sobrecosto al no haberse considerado equipos necesarios; por ello la obra llegó a 20 mil mdd para su ejecución, aunque de inmediato rechazó que esa situación haya sido por alguna situación de corrupción, incluso exculpó a Rocío Nahle, secretaria de Energía, a quien describió como mujer íntegra y honesta.
Explicó: ’Hubo un incremento en el caso de la refinería porque no se contemplaron equipos que se necesitan y se amplió el presupuesto, pero tienen que estar tranquilos y desde luego toda la población, de que nadie hizo negocio para provecho personal en la construcción de la refinería, que no hay corrupción, que ya no es el tiempo de antes’ y descartó algún tipo de sanción por este incremento de aproximadamente 1.5 veces su costo inicial.
Posiblemente no sea corrupción legal aunque si podría enmarcarse como un fraude social, ya que son casi doce mil millones de dólares, recursos que podrían haberse canalizado para cubrir otras necesidades ya sean de atención a niños con cáncer, a reparación y mantenimiento de escuelas, a cubrir desastres naturales como las inundaciones en Melchor Múzquiz, en Coahuila, en fin son muchas las necesidades pendientes,
En los spots del Cuarto Informe Presidencial, López Obrador ha insistido que su gobierno es diferente a los anteriores y probablemente tiene razón, pero en sentido negativo porque no solo ha mentido por el costo real de sus obras insignias, sino porque su presunta política de austeridad es otra falsedad, al aplicarse a su conveniencia personal y política.
Además, a pesar de haber sido oficialmente inaugurados tanto el AIFA como la refinería, ambos serían son otro fraude al ser obras inconclusas, a las cuales les falta mucho para que se les considere totalmente operables.
En fin, solo resta ver qué sucede con el Tren Maya, obra a la cual se deberá examinar a fondo para saber cuál será su costo real, lo que sin duda será mucho más elevado a sus cifras originales, pero de reconocerse así se concluiría que ’no habría ningún tipo de corrupción’.