Recientemente se polemizó si los boletos vips para el primero concierto del Born Pink World Tour en México, grupo de la corriente llamada K-Pop, cotizados en 29 mil 500 pesos –más cargos–, han sido los más caros en el país, incluso más que en Europa donde costaron 929 euros –18 mil 900 pesos mexicanos–, pero realmente esos precios no son nada comparados con todo lo que se mueve alrededor del Super Tazón LVII de la NFL, que se jugará el domingo entre Águilas de Filadelfia y Jefes de Kansas City en el State Farm Stadium de Arizona.
Sucede que los mexicanos que acudirán –incluido un senador, precandidato a gobernador–, gastarán más de 150 mil pesos por persona que incluye vuelo redondo con escala en Dallas y la entrada más económica, además renta de auto por tres días y alojamiento por dos noches en un hotel tres estrellas a menos de ocho kilómetros del estadio,
A esos gastos deben agregarse otros –nada económicos–, como la compra de comida y bebidas durante el desarrollo del partido, así como la adquisición de uno o varios souvenirs para recordar no solo el viaje, sino la asistencia al partido y el resultado final.
Para participar en la mercadotecnia del más importante partido del futbol americano –el deporte más popular en ese país, tras el beisbol, basquetbol, hockey sobre hielo y futbol soccer–, no es necesario acudir al estadio, basta con seguir la transmisión por televisión,
Sucede que ante la gran audiencia que genera este evento, según datos de AdAge, marca de medios global que publica noticias, análisis y datos sobre marketing, reveló que los anuncios de 30 segundos para ese encuentro costarán siete millones de dólares, la mayor cifra en la historia de los partidos por el título de la NFL.
Lo que llama la atención es que existen empresas que pagan esa tarifa, como Anheuser-Busch, empresa cervecera estadounidense, compañía con la mayor compra en tiempo publicitario con tan solo tres minutos; otro gran anunciante será la multinacional estadounidense PepsiCo, la cual se comprometió a comprar más de tres millones de dólares en publicidad.
Debe recordarse que ninguno de los dos equipos finalistas juega en Arizona, ya que la sede de la final se decide desde el inicio de la temporada, por lo cual en contadas ocasiones el dueño de la cancha participa en ese partido.
Sin duda existen varios puntos que deberían ser analizados por los directivos de las ligas de futbol y beisbol profesional en México, a fin de aplicarlos no solo en lo económico sino en lo deportivo para poder ofrecer un gran espectáculo a sus aficionados.