Finalmente ya se anunció que será el 14 de septiembre cuando el Tren Suburbano México-Toluca empiece a ofrecer servicio, aunque en una primera etapa que comprenderá cuatro estaciones: de Zinacantepec a Lerma, hecho que podría considerarse como una cortesía presidencial hacia Alfredo del Mazo Maza, en lo que sería en su penúltimo día como gobernador del Estado de México.
La verdad es que el tramo correspondiente al Estado de México ya tiene varios meses de haberse concluido, es la parte de la Ciudad de México la que registra considerables retrasos, pero la promesa presidencial es que estará concluido y listo para operar hasta la estación Observatorio del Metro a más tardar finales de año. Solo resta esperar a que se cumpla.
Ya en la parte que empezará a operar son cuatro estaciones: Zinancatepec, Pino Suárez, Tecnológico y Lerma. Pero es aquí donde Jorge Pedraza Navarrete, presidente de la Cámara Nacional de Comercio Servicio y Turismo del Valle de Toluca (Canaco Servytur VT), ya volvió a dar la enésima alerta sobre lo que podría ocurrir en esos puntos.
Advirtió que no hay estacionamientos previstos en los alrededores esas estaciones, donde puedan llegar las rutas de autobuses alimentadoras o los propios usuarios en sus vehículos; tampoco existe un proyecto para impulsar al comercio formal de los artículos que van a demandar los ciudadanos, por lo que se vislumbra un incremento en la informalidad en los municipios de Toluca, Metepec, Zinacantepec y Lerma.
El temor de los empresarios mexiquenses es que podría detonarse el ambulantaje en las inmediaciones de esas estaciones porque no existe un plan para un desarrollo económico ordenado por parte de las autoridades; se exhortó a los titulares de los cinco municipios por donde pasará el tren, a organizar un plan para impulsar la zona y resolver las necesidades que se puedan presentar en materia de movilidad.
De ninguna forma se puede decir que sus preocupaciones son exageradas, basta con ver lo que ha sucedido en las estaciones del Metro de la Ciudad de México, donde impera el comercio informal ocupando pasos peatonales y banquetas. Nada más recuerde cómo está la estación Observatorio donde las personas apenas y pueden caminar.
Estamos a menos de dos meses para que el tren suburbano empiece a operar ese primer tramo y a un semestre de que –esperemos–, funcione totalmente, por lo que se debe prevenir que la informalidad sea quien gane esos espacios y después sea imposible retirarlos.