Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador festejó el quinto aniversario de asumir la presidencia de México al inaugurar el aeropuerto internacional Felipe Carrillo Puerto, en Tulum, Quintana Roo, exponiéndolo como una de las mejores obras en su administración, no todas son buenas noticias en materia de aviación.
Con estas nuevas instalaciones ubicadas en la Riviera Maya, el Ejército y la Marina de México ya actualmente controlan 17 aeropuertos en todo el país, considerados estratégicos por su ubicación, número de operaciones aéreas y el flujo de pasajeros registrados. De ellos, once son administrados por la Secretaría de la Defensa Nacional y seis aeropuertos por la Secretaría de Marina-Armada de México.
Es de esperar que esta nueva terminal aérea registre mejores resultados que el Aeropuerto Internacional ’Felipe Ángeles’ (AIFA), en el Valle de México, ya que podría ser una alternativa al de Cancún, el segundo con más actividad a nivel nacional, y ayudar a atraer mayor turismo al sureste de la república.
Y es que para la adecuada operación del AIFA ha requerido de continuar con los subsidios de parte del gobierno federal, pues desde el 21 de marzo del 2022 –cuando se inauguró–, a finales de septiembre pasado, ha recibido apoyos económicos por dos mil 145 millones 775 mil 22 pesos, cifra obtenida por el periódico El Financiero, a través de la Plataforma Nacional de Transparencia.
En un balance financiero, sus ingresos ascienden a 860 millones de pesos desde el inicio de sus operaciones y hasta el tercer trimestre de este año, es decir una facturación promedio de 45.2 millones de pesos al mes, mientras sus gastos en el mismo periodo suman poco más de dos mil 158 millones de pesos, 113 millones en promedio de forma mensual, por lo que el AIFA ha perdido más de mil 298 millones de pesos en lo que va de su operación.
Para este año, el gobierno asignó 836 millones 230 mil 355 pesos del erario para la operación del AIFA y, para el próximo los subsidios ascenderán a mil 500 millones de pesos, un presupuesto similar al solicitado para el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), mismo que recibe quince veces más volumen de pasajeros que el de Santa Lucía.
Durante todo el lapso de su operación, el AIFA ha movilizado a tres millones 52 mil pasajeros, una cifra que realmente lejana para cumplir con su objetivo de desaturar al AICM.
Según cifras oficiales, en Santa Lucía han viajado tres millones 45 mil viajeros en vuelos comerciales, mientras que poco más de siete mil corresponden a viajeros en vuelos privados quienes han tenido que recurrir al AIFA ante la prohibición de operar vuelos generales desde hace un par de décadas en la capital del país.
Si bien, entre enero y octubre de este año, el AIFA vio pasar por su terminal a 2.1 millones de viajeros, es una cifra que debió alcanzar en su primer año de operaciones, pero que no se cumplió ante la poca demanda y la oferta baja de vuelos que se registraron. En comparación, al AICM, que solo le toma un mes transportar a tres millones de viajeros.
Incluso, aunque el aeropuerto de Santa Lucía tiene la categoría de internacional, sigue siendo marcadamente nacional, pues de los 2.8 millones de viajeros recibidos desde marzo del 2022, han volado en rutas nacionales y el resto, alrededor del 8%, hacia el extranjero.
Debe recordarse que desde el 8 de enero del 2024, el AIFA recibirá un nuevo apoyo ya que gracias al decreto de presidencial de reducir slots en el AICM, por lo que las aerolíneas nacionales colocarán vuelos adicionales, con al menos una veintena de rutas extra para dar un nuevo empuje al aeropuerto.
Pero no es el único problema aeronáutico del gobierno federal: Mexicana, la aerolínea del Estado que operará la Sedena, tardará hasta febrero del 2024 en obtener al menos cuatro aeronaves Boeing 737 para comenzar operaciones como lo había planteado inicialmente.
Aunque al plan original era que esa nueva empresa empezará a dar servicio desde principio de diciembre, lo hará a partir del próximo día 26 con sólo dos aviones arrendados a la aerolínea TAR, de la marca Embraer de 50 plazas. Por ello se replanteó el plan inicial por lo que en lugar de cumplir con las veinte rutas planeadas originalmente solo lo harán con nueve.
Incluso, aunque faltaban por cumplir una serie de requisitos, Mexicana empezó a vender anticipadamente boletos, razón por la cual se anunció, en compensación, viajes gratis para el próximo año.
En fin, los planes aeronáuticos del gobierno federal no han resultado como se proyectaron, inicialmente y, en el caso de Mexicana y tal como ha sucedido con otras obras y programas, sus servicios serán inaugurados de forma incompleta.